

En este artículo vamos a ver los cambios en las necesidades nutricionales durante el periodo de gestación, por lo que deberemos ajustar la cantidad y la composición de la ración diaria de nuestra perra para que no sufra ningún tipo de carencia que repercuta en el desarrollo de los fetos, así como en el posterior crecimiento de los cachorros durante la lactación.
Un dato reseñable es la diferencia que existe entre las perras de raza pequeña con las de raza grande, ya que las primeras van a neces
En este artículo vamos a ver los cambios en las necesidades nutricionales durante el periodo de gestación, por lo que deberemos ajustar la cantidad y la composición de la ración diaria de nuestra perra para que no sufra ningún tipo de carencia que repercuta en el desarrollo de los fetos, así como en el posterior crecimiento de los cachorros durante la lactación.
Un dato reseñable es la diferencia que existe entre las perras de raza pequeña con las de raza grande, ya que las primeras van a necesitar más cantidad de alimento que las otras. Esto se explica de la siguiente forma: si comparamos el peso que tiene un cachorro recién nacido de Yorkshire con el peso del cachorro de un San Bernardo, veremos, que comparándolos a su vez con el peso de sus respectivas madres, en la raza Yorkshire es cuatro veces mayor que en el caso del San Bernardo. Por lo tanto, las razas pequeñas necesitarán más aporte energético y mayor cantidad de nutrientes que en las razas grandes.
El racionamiento alimentario de la perra gestante consistirá en adaptar, tanto en calidad como en cantidad, la ración diaria para que cubran las necesidades fisiológicas de la gestación, teniendo en cuenta el número de fetos y el aumento de peso diario de la perra.
Al comienzo de la gestación la perra no incrementará la cantidad de comida a ingerir, ni la calidad de la misma; pero alrededor de la quinta semana habrá un aumento en los requerimientos nutricionales tanto cualitativa como cuantitativamente.
El desarrollo de los fetos en los primeros momentos es lento, todavía no se han mineralizados y tampoco comprimen al estómago. A partir de la quinta semana, los fetos crecerán de una forma más rápida y empezarán a osificarse. Esto va a provocar un aumento en los requerimientos proteicos y energéticos, y a la vez se va a producir una disminución en el apetito en la madre y en suapacidad gástrica.
Los requerimientos energéticos de la perra durante la gestación comprenden sus propios requerimientos de mantenimiento y los requerimientos de crecimiento y mantenimiento de los fetos. Al final de la gestación habrá que alimentar a la perra con un alimento muy apetente, de alta densidad energética y con buena digestibilidad. Dicho alimento será racionado a lo largo del día en raciones pequeñas.
También se aumentarán los niveles proteicos en la dieta de la madre para cubrir las necesidades de los fetos, ya que estos tienen un mayor porcentaje en proteína en su composición orgánica.
También habrá que modificar la cantidad de vitaminas y minerales en la ración de la perra. Por ejemplo, se aumentará la cantidad de vitamina A en la ración, ya que atraviesa la barrera placentaria y protege los epitelios del cachorro al nacer. Pero debemos tener cuidado en no dar en exceso, porque el abuso de esta vitamina en la dieta puede provocar en el feto fisuras palatinas, deformidades en la cola, en las orejas y mortalidad fetal.
Debemos tener precaución al aumentar la cantidad de vitamina D en la dieta, porque un exceso de ella favorecerá la calcificación de los tejidos blandos y estenosis en las válvulas cardiacas. En cuanto al calcio decir que un suplemento excesivo y precoz durante la gestación puede favorecer que la perra sufra una eclampsia durante el pre y postparto.
Como resumen diremos que:
- El aporte energético del alimento también aumentará así como la digestibilidad del mismo.
- También se aumentará el contenido proteico entre un 25 a un 36%, en función de la cantidad de fetos que tenga al perra.
- Debido a la mineralización de los fetos al final de la gestación, la dieta llevará un aumento de calcio y fósforo determinado, ya que un aumento excesivo del calcio puede predisponer a una eclampsia a la madre.
- Por último diremos, que el peso de la perra al final de la gestación no deberá sobrepasar el 120% del peso de la perra respecto a su peso de mantenimiento, para evitar posibles problemas durante el parto, por el acúmulo de grasa en canal pélvico.
- Todos estos datos tendremos que tenerlos en cuenta cuando queramos alimentar a nuestra perra durante su gestación, y que no sufra ninguna carencia, ni ella ni los fetos.
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