

Una vez que finalice el parto es muy fundamental que el criador reconozca individualmente a cada uno de los recién nacidos para descartar posibles defectos heredados. Desgraciadamente existen una serie de anomalías que son relativamente frecuentes y que en ocasiones, aconsejan el sacrificio inmediato del neonato para evitarle que pudiera ser una lenta agonía o una vida futura sin la suficiente calidad. Entre los principales defectos congénitos más graves s
Una vez que finalice el parto es muy fundamental que el criador reconozca individualmente a cada uno de los recién nacidos para descartar posibles defectos heredados.
Desgraciadamente existen una serie de anomalías que son relativamente frecuentes y que en ocasiones, aconsejan el sacrificio inmediato del neonato para evitarle que pudiera ser una lenta agonía o una vida futura sin la suficiente calidad.
Entre los principales defectos congénitos más graves son, sin duda alguna:
- La anasarca.
- La ausencia de ano.
- Hidrocefalia:
- Paladar hendido o abierto.
- Labio leporino.
- Fontanela abierta.
En concreto en este artículo nos centraremos en la anasarca y ausencia de ano.
La anasarca es un edema general del tejido celular subcutáneo, que viene acompañado de la acumulación de líquido, en las cavidades orgánicas; la razón que la produce no está muy clara. El sacrificio del animal es inevitable para que no llegue a experimentar sufrimientos mayores. Una buena definición para explicar el aspecto del animal que padece esta anomalía, es que se parece a una “morsa”
La ausencia de ano como el propio nombre indica el cachorro no tiene definido el orificio anal; desgraciadamente para él, es capaz de sobrevivir durante algunos días pese a esta grave anomalía, por lo que su muerte cuando finalmente ocurre es dramática. Se hace necesario chequear a cada nuevo neonato y confirmar que no presente un ano imperforado y si sufriera este defecto congénito sacrificarlo inmediatamente.