

La integración del recién nacido en una familia donde vive un perro puede en algunas ocasiones acarrear problemas ya que el perro puede considerar al niño un intruso.Los perros viven en una estructura social bien jerarquizada cada uno ocupa una posición social, estable en el círculo familiar. El perro dentro de la familia ejerce una posición dominante, tiene los privilegios de un jefe, acceso a todas las habitaciones, uso del sofá y camas,
La integración del recién nacido en una familia donde vive un perro puede en algunas ocasiones acarrear problemas ya que el perro puede considerar al niño un intruso.
Los perros viven en una estructura social bien jerarquizada cada uno ocupa una posición social, estable en el círculo familiar. El perro dentro de la familia ejerce una posición dominante, tiene los privilegios de un jefe, acceso a todas las habitaciones, uso del sofá y camas, sitio privilegiado para ellos. Monopolizan las atenciones afectivas, esto es lo que tenemos que modificar para que la llegada del niño no suponga ningún problema…
Los desordenes de comportamiento provocados por la nueva situación se van a caracterizar por:
- Irritación.
- Destrucción.
- Ladridos.
- Micción.
- Automutilación, en los casos extremos.
- Agresión a miembros de la familia, sobre todo a los niños en los casos muy graves.
Para evitar situaciones desagradables antes de la llegada del bebe deberemos establecer unos límites:
Prohibiremos la entrada a nuestro dormitorio y especialmente al del bebe.
Evitaremos que se suba en las camas.
Siguiendo estas pautas unos meses antes del nacimiento del bebe conseguiremos que el perro se familiarice con la nueva situación.
Es importante que antes de llevar al recién nacido a casa le hayamos entregado una prenda del bebe para que se vaya familiarizando con el nuevo miembro de la familia.
A la hora de llegar a casa con la criatura, sosteniendo al bebe en brazos, ( pues la altura excita más la curiosidad del perro) llamaremos al animal y le permitiremos olisquear e inspeccionar al recién llegado mientras le hablamos con dulzura. Le prohibiremos tajantemente que le golpee con la pata o que le empuje con el hocico aunque es un comportamiento afectivo, después le ordenaremos volver a su sitio.
El bebe recibirá nuestra atención prioritaria, lo que no quiere decir que apartemos a nuestra fiel mascota. Intentaremos compaginar los paseos del bebe con los de nuestra mascota.
Los juegos entre el bebe y el perro son peligrosos, deberemos estar atentos al comportamiento de ambos, puesto que el perro no es el mejor compañero de juegos para un bebe. Hay que enseñar tanto al bebe como a la mascota como se tienen que comportar en su relación.