

Numerosos propietarios de perros tienen invertida, sin saberlo, la relación jerárquica con su perro. La única relación posible es la vertical, es decir, el hombre se debe situar en la escala superior de la pirámide jerárquica.
¿Problemas de dominancia con su perro?
Numerosos propietarios de perros tienen invertida, sin saberlo, la relación jerárquica con su perro.
La única relación posible es la vertical, es decir, el hombre se debe situar en la escala superior de la pirámide jerárquica.
Los problemas de autoridad a la hora de educar y la falta de conocimiento, llevan a tratar al animal como un igual, por lo que pueden presentarse problemas en la convivencia.
Si las razas son potentes y su instinto de defensa es muy alto, la dominancia se torna en agresividad hacia el inferior, en este caso el dueño.
Lo indicado en estos casos es ponernos en manos de un profesional canino, que informará al dueño del funcionamiento de la jerarquía del perro, y tratará de enseñarle a imponer autoridad en los momentos adecuados, y sobre todo, estando presentes en las sesiones de entrenamiento para ayudar a que sea el mismo quien alcance el liderazgo.
Problemas de desobediencia generalizada
La humanización del perro y su falta de entrenamiento, hace que la mayoría de las veces se apliquen mal los sistemas de castigo o de recompensa, y como consecuencia de ello produzcan problemas de desobediencia. El trabajo del terapeuta canino será ayudar al dueño a encaminar la educación del perro.
Destrucción de objetos por soledad
Una hipersensibilidad muy acusada y también un exceso de mimo, convierten a los perros en animales sensibles y con poca resistencia a la adversidad. Esta acumulación de ansiedad ante la soledad se traduce en comportamientos destructivos. Con el fin de aplacar estados de estrés.
Un buen sistema de condicionamiento aversivo ambiental controlado por cámara de video puede eliminar en pocas sesiones comportamientos que en algunos casos pueden llegar a crear conflicto económico importante.
Control de las necesidades
Generalmente en este aspecto surgen problemas de desconocimiento de cómo educar a un perro. A veces, pequeños trucos son suficientes para eliminar esta desagradable conducta que muchas veces se convierte en un hábito.
Ladridos molestos
Se solucionan realizando un correcto condicionamiento. El ladrido del perro en ciudades y urbanizaciones se convierte en muchos casos en una disputa vecinal. Falta de tolerancia por parte de unos, y falta de educación y respeto por parte de otros, hacen que los ladridos sean un elemento importante a suprimir, sobre todo cuando son maniáticos, persistentes y en horarios de descanso.
Collares especiales producen castigos ambientales, es decir, que condicionan al lugar, y de esta forma se elimina tajantemente este comportamiento. No obstante, la presencia del terapeuta canino es imprescindible en el uso del condicionamiento negativo.
Fugas
Cuando un perro se escapa, no sólo se ocasiona la pérdida del animal, sino también se producen percances como accidentes de tráfico o posibles agresiones a personas u otros animales. El pastor eléctrico o valla eléctrica invisible pueden ser medidas muy eficaces para que el perro no vuelva a escaparse.
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