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Viajar con Perro

1-De Viaje con el perro A un perro no se le puede tener siempre en la vivienda como a un canario o a un gato. Ello se debe en parte a su propia fisiología. Necesita salir cada par de horas a hacer sus necesidades y, ya que es un carnívoro, sus heces tienen un olor intenso, por no decir desagradable. Sin embargo, no es suficiente con llevarlo al arbol más cercano para que pueda hacer lo suyo. El perro es un animal corredor que necesita ejercicio. Además, le hace f

1-De Viaje con el perro

 A un perro no se le puede tener siempre en la vivienda como a un canario o a un gato. Ello se debe en parte a su propia fisiología. Necesita salir cada par de horas a hacer sus necesidades y, ya que es un carnívoro, sus heces tienen un olor intenso, por no decir desagradable. Sin embargo, no es suficiente con llevarlo al arbol más cercano para que pueda hacer lo suyo. El perro es un animal corredor que necesita ejercicio. Además, le hace falta recibir estímulos. Dicho en economía de palabras: debemos pasear con él de modo que pueda olor y olfatear todo lo necesario, no le retiraremos de las esquinas y los árboles sino que le dejaremos olisquear y de ser posible que pueda correr. 

Si dispone de jardín, lo más cómodo es soltar al perro en la mañana y por la noche. El perro hace entonces sus necesidades con rapidez y de una vez en un solo sitio, no como es la costumbre de racionarla para distribuirla por todos los lugares. Si el jardín no es muy grande, lo mejor es sacarlo ocasionalmente a dar un paseo, sino le faltarán las impresiones que recibe y que necesita para mantenerse psíquicamente despierto. Además, hay perros que aunque levantan la pata en el jardín, no quieren ensuciar demasiado su territorio.

 

2-La Excursión al Campo con el Perro

No todos los perros se mantienen al lado de su dueño cuando van sueltos por el bosque sin la correa y se mueven "dentro del radio de acción de su propietario". Esto significa que la mayoría de los perros viven en permanente prisión. El que desea que su perro corra libremente debe confiar en el beneplácito de cazadores y guardias forestales. A los ojos de muchos cazadores los perros libres "ahuyentan la caza", aunque la mayoría de ellos sólo siguen una pista y nunca alcanzan a la presa. Según dicen, los perros "espantan" la caza que tan costosa resulta y que, por supuesto, prefieren verla en la reserva propia que en la del vecino.

Creo que la caza se asusta mucho más por el ruido de los domingueros que invaden el bosque y los campos durante los fines de semana, adonde acuden con su radio y su griterío de fondo. "Molestan" mucho más que un silencioso paseante con su perro.

Sin embargo, frente a la ingente cantidad de licencias de caza existentes en los grandes paises, y aunque los miles de propietarios de perros tienen las garantías que les ofrece la ley derivadas del pago de sus impuestos, tan sólo les podemos aconsejar que lleven a su perro sujeto de la correa cuando vayan de paseo fuera de una población. Incluso aunque sea absolutamente obediente y no corra detrás de lo primero que se le cruce. Así evitará que, a un par de metros de usted, le maten de un tiro.

En Francia, por ejemplo, está prohibido disparar sobre perros y sólo se consideran como animales asilvestrados aquellos que van sin collar y carecen de dueño conocido. En otros países tampoco se obliga a los perros a ir siempre atados.

Si en la zona en la que usted vive se desarrolla una campaña contra la rabia, tendrá que llevar siempre atado al perro. No obstante, con algo de tolerancia por ambas partes, todo el mundo podría disfrutar.

Ir en bicicleta con el perro corriendo al lado sólo es posible con animales bien educados y resistentes. Debido al tráfico, y por su propia seguridad, la de su perro y los demás usuarios de la acera o calzada, es aconsejable que acostumbre a su perro a correr al lado derecho de su bicicleta y, a ser posible, hacerlo por carreteras no peligrosas o poco transitadas. De todas maneras, infórmese en los reglamentos locales por si es obligatorio llevarlo con la correa.

 3-Algunas Observaciones Sobre el Tema de la Correa

Para los paseos en los que no dejamos al animal suelto, deberemos adquirir una correa especial. Existen las correas llamadas de adiestramiento, que llegan a medir dos metros y medio, o las de cuero de vaca, de hasta ocho metros de longitud. De esta manera, el perro puede moverse libremente en un circulo amplio y olfatear a su gusto.

Como fijación para el collar les recomiendo en los perros fuertes el gancho de perno, el que es cerrado, ya que el otro puede salirse o romperse, si esto sucede el perro puede echar a correr y accidentarse o lastimar a otro perro, o peor aun, a una persona. Para los ejemplares pequeños es suficiente con un gancho simple.

4-El Perro en el Automóvil

Cuando nos desplazamos, casi siempre usamos el carro. Por lo tanto, deberíamos de acostumbrar a nuestro perro a viajar con gusto en el, a considerarlo como un hogar en movimiento. Existen perros de este tipo para los que el automovil no constituye ningún problema.
La manera mejor y más segura es que el animal se tumbe en el suelo del lado del acompañante, a ser posible sobre su alfombra. Ahí no hay corrientes de aire y las vibraciones son menores. Sin embargo, el perro no deberá ser tan grande que el pasajero no pueda colocar sus piernas.

 Para los ejemplares grandes el lugar más adecuado es el asiento posterior, donde se tumbará o sentará sobre su manta, que deberá ir bien fija para que no resbale sobre la tapicería.

Si ocupa siempre el mismo sitio en el coche, lo considerará como suyo propio y no andará moviéndose de un lugar a otro durante el viaje.

Si tiende a ser inquieto, se le atará corto de modo que no pueda saltar del asiento y quedarse colgado de la correa.
 

Otra posibilidad es que un miembro de la familia lo sujete, según su tamaño, o lo lleve sobre su regazo. Así, cuando se realiza un viaje familiar en coche es recomendable que haya una persona encargada del perro, e incluso de que éste apoye su mitad delantera en el regazo de esta persona para que vaya más tranquilo. El conductor no deberá nunca llevar al perro de este modo. Es algo tan imprudente como dejar al animal suelto por el vehiculo o que apoye sus patas en el respaldo del conductor o la cabeza encima de este.

En los viajes largos, por muchas ganas que tengamos de hacer kilómetros, hemos de dejar que el perro haga sus necesidades cuatro veces al día y que camine un poco (algo que también nos convendrá a nosotros). Por supuesto, por las cunetas de las vías de comunicación más importantes y transitadas sólo se les deber llevar atados con la correa.

Si nos detenemos o aparcamos, no deberemos hacerlo al sol. Habrá que calcular la altura de éste y el sentido de avance de la sombra, si vamos a salir y dejar al animal dentro del vehículo. Las ventanillas abiertas sólo una rendija no permiten, a pleno sol, el paso de suficiente oxigeno al interior: el perro puede morir asfixiado.

Si al perro no le gusta ir en coche, un viaje largo es todo un problema. Se puede evitar si se tienen en cuenta
los siguientes puntos:

-El perro estará sentado o tumbado de modo que vea los arboles y casas que pasan, de la misma manera que los restantes viajeros.

-Acariciándolo y hablando con él se le dará sensación de recogimiento y seguridad.

-Antes del viaje le daremos algún preparado contra el mareo que nos haya prescrito el veterinario.

-Intentaremos conducir de la manera menos brusca posible, sin tomar las curvas de tal modo que todo lo que transportamos dentro del vehículo vaya de un lado para otro, sin dar demasiados frenazos y sin hacer filigranas.

Si dejamos que entre el suficiente aire fresco y procuran fumar lo menos posible, tanto mejor soportará el perro el viaje.

5-El Perro en los Medios de Transporte Urbano

Los taxistas no están obligados a llevar animales en su taxi y, por lo tanto, a su perro tampoco. En cualquier caso, sólo los llevarán, a usted y a su perro si éste está acostumbrado al automóvil y siempre que no se tumbe en el asiento, salvo que coloque una manta, pues a los posteriores viajeros no les gustará sentarse sobre las huellas de sus patas o los pelos del animal.

En los medios de transporte urbanos existen distintas disposiciones. Normalmente, las personas con graves minusvalias pueden llevar a su perro gratis, aunque no sea un perro lazarillo. Por lo general, no deberá viajarse en metro o tranvía con el animal durante las horas punta. Le pueden pisar con facilidad y es una molestia para los otros viajeros. Infórmese también si para viajar con el perro en us país es necesario colocarle bozal.

Téngase en cuenta que las disposiciones o reglamentaciones aplicables al transporte de perros varía de unos países a otros e incluso de unas localidades o regiones a otras.

6-El Perro en el Ferrocarril, Tren o Metro

Existen diversas posibilidades para llevar al perro. Los ejemplares pequeños pueden ir en los departamentos de viajeros si se les puede mantener dentro de una cesta o recipiente de viaje análogo.

El precio de su billete es entonces la mitad de uno para adulto en segunda clase, sin suplementos, viaje en el tipo de tren que sea. En algunos trenes se les puede llevar mientras no se indique lo contrario.
 
Los perros de cualquier tamaño pueden viajar con su dueño cuando el tren lleve un departamento especial para viajeros con perro.

Por lo demás, el ferrocarril incluye en el precio del billete sólo el transporte, sin derecho a plaza, aunque el departamento vaya vacio.

En los coches cama se puede llevar al perro sin más cuando se ocupa un departamento para uno solo. Puesto que en la reserva "individual" se paga por todo el departamento, el perro no necesita un billete adicional. Si es compartido con otro viajero u otros viajeros, el perro no puede ir. En los vagones de literas no pueden ir los perros.

Al animal también se le puede llevar como "equipaje" en el vagón de carga, disminuyendo entonces mucho el precio. En tal caso deber ir alojado en un "recipiente seguro". Según las disposiciones sobre protección de los animales, dicho recipiente debe ser lo suficientemente grande como para que pueda permanecer en el de pie. Además, debe disponer de suficientes respiraderos y llevar un aviso en el que se lea con claridad "¡Atención, perro vivo!" Si el recipiente lleva un techo de una o dos vertientes, no deber colocarse encima ningún otro equipaje. Al viajero cuadrúpedo abría que acostumbrarle en casa a que durmiera allí algunos días. Se le llevará con su manta y, si el viaje no es demasiado largo y no hace excesivo calor, no hay nada que objetar contra este método, siempre que el animal sea psíquicamente robusto y esté sano. No debe olvidarse señalar con precisión la dirección de destino, hacer que el animal haga todas sus necesidades y darle su última comida algunas horas antes del viaje. Se colocará dentro un panecillo empapado en agua o leche como provisión contra el hambre y la sed.

Llevar al perro inmediatamente al vagón de equipajes como puede hacerse con una bicicleta (en algunos de estos vagones hay jaulas para perros), sacarlo al trasbordar y cargarlo de nuevo, me parece poco razonable para el animal. La mejor manera para ellos de viajar es, en algunos países, en los trenes que transportan los coches. El vagón restaurante en cualquier caso, es tabú.

7-El Perro en Avión

En los vuelos interiores, la mayoría de las compañías permiten que el perro viaje en la cabina de pasajeros siempre que pese menos de cinco kilos. Sin embargo, debe comunicarse con anterioridad pues, evidentemente no puede llevarse a bordo un número ilimitado de cuadrúpedos. El animal debe ir dentro de una bolsa impermeable o una cesta especial, que no deberá abandonar durante el vuelo. Una excepción son los perros guias (lazarillos), que pueden viajar en todos los casos. En algunos países, por ejemplo Alemania, los perros que viajan así, se consideran equipaje de mano, por lo que no cuesta nada su transporte, mientras que en otros, por ejemplo España, el precio de su billete depende del peso y se calcula como equipaje normal. Los perros grandes deben ir en el departamento de equipajes, en casetas especiales, y el precio del viaje se calcula en función de los kilos de sobrepeso que suponga sobre el equipaje.

En los vuelos internacionales, debido a las disposiciones de entrada, los perros han de ir siempre en el departamento de carga. El precio del billete se calcula mediante un porcentaje sobre la tárifa de primera clase.

Las compañías de vuelos charter no transportan perros ya que, por lo general, no disponen de departamentos de carga climatizados.

Antes de viajar, infórmese en su agencia sobre las condiciones para el viaje del perro; las tarifas son muy variadas y las hay de todos los tipos.

Muchas compañías aéreas disponen de cajas de transporte para estos animales. Sus dimensiones mínimas son: 45 x 25 x 30 cm; y las máximas: 95 x 63 x 75cm. Su precio es variable.

Dado que el billete para el perro hay que reservarlo al menos con una semana de anticipación, pues las compañías no aceptan un número excesivo de animales en el departamento de carga, la caja de transporte se puede comprar en el mismo aeropuerto y hacer que el perro la pruebe en casa.

El perro, metido en la caja en que lo transportamos, podrá permanecer con nosotros hasta subir al avión. Irá entonces al departamento de carga, que está climatizado y presurizado lo mismo que la cabina de pasajeros.

En los vuelos largos, el perro será atendido durante las escalas intermedias, pues el personal de tierra y de a bordo está informado cuando llevan un pasajero cani
no. No está permitido visitarlo en las escalas intermedias. Las excepciones también confirman, en cualquier caso, la regla; es el comandante el que las autoriza. Sin embargo, dudo que esas visitas sean útiles al perro. Con la nueva despedida se le hace más difícil el viaje en solitario.

 

Fuente: www.wikilearning.com

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